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El balneario de La Puda

Viajando por la C-55, se divisa a la parte derecha una enorme construcción de más de 150 años.
Las aguas de este balneario son distintas a las demás, fue alrededor de 1830 cuando empezó el levantamiento de los dos edificios situados en la misma orilla del rio Llobregat. Gracias a sus aguas sulfurosas a raíz de un terremoto en el siglo XVIII pasó de ser un balneario más, a uno con fines medicinales.


Las obras se pararon un año después, en 1831 cuando Salvador Garriga, uno de los emprendedores en el proyecto se suicido por motivos económicos.

Fue su hermano entonces, quien continuó las obras del balneario junto con Francisco Castells y Francesc Pedrosa, que en menos de 5 años terminaron la construcción. Otro revés les esperaba y es que 10 años más tarde, las riadas del Llobregat inundaron por completo los dos edificios.

De nuevo nos encontramos con una edificación que va pasando por distintas manos, ya que en 1845
el psiquiatra Antoni Pujadas y Mayans junto con el comerciante José Oriol Negrevernis compra el balneario, el segundo edificio y los terrenos de alrededor con la idea de renovarlo todo. Pretendían crear un nuevo balneario y un manicomio pero esto nunca sucedió, demasiados conflictos con los socios...

El balneario tuvo su auge a principios del siglo XX, cuando se puso de moda entre
la burguesía barcelonesa pero de nuevo una riada decidió terminar su historia, esta vez para siempre. En 1958 cerró sus puertas...


La entrada y el camino al balneario...

Es curioso ver como aún sigue en pie el cartel, después de tantos años.

No estábamos solos, pudimos ver a 3 perros y escuchar otro más a lo lejos.

Solo uno estaba atado, los demás como podéis ver ya sabían el caminito para entrar y salir del recinto, así que no era plan de hacerse el valiente y entrar.

Decidimos subir uno de los caminos rurales, quizás había una entrada alternativa...

No encontramos nada y acabamos haciendo fotografías de los alrededores.
 

  La cosa no era para tirar cohetes, nuestra ilusión era explorar el balneario y ''posiblemente'' dar una vuelta a ver que más nos podíamos encontrar, pero tuvimos que cambiar de plan, así que nos fuimos directamente al segundo edificio.
 


 Uno de tantos agujeros... lo mejor era ir con pies de plomo.

 Mi primera idea fue la de bajar y la segunda, que eso era de locos...

 Aproximadamente calculamos que eran entre 7 y 10 metros de caída.

 Llegamos a la zona principal, y donde nos encontramos lo típico de los abandonos... un colchón, un sillón, restos de comida (de mínimo una década) y palets.
  





Distintos póster adornaban la tétrica pared... la mayoría relacionados con música y fútbol.
Por lo que he podido saber gracias a mi padre, un enfermo seguidor del C.E Sabadell, este es de la temporada 1971/72.


 Al darle la espalda a la pared, nos encontramos con esto.


¿ Han estado allí los Illuminati?

 Arriba, un detalle de las baldosas originales, en la escalera.

 El gancho y la cuerda... algo curioso ya que en este sitio no se debería de necesitar.

 El interior del recinto desde los exteriores.


Estos dos palets tapan las salidas de aire, situadas en el techo del recinto de abajo.

Nos a pasado lo mismo que en la exploración de El añejo Geriátrico, no hemos podido entrar y nos hemos tenido que conformar con los alrededores, pero a pesar de todo, a sido una buena experiencia y lo volveremos a visitar.

 Os dejo algunas imágenes que me hice con la máscara anti-gas, si... tendré que amortizarla.
Puede que ya hayáis visto las fotografías en Instagram o Pinterest, a veces es gracioso ver como una imagen como por ejemplo la de la portada, el balneario, el paisaje, los detalles de la estructura, los colores, no gusta a nadie pero en cambio un personaje sentado en un sillón con una máscara en un lugar abandonado vuelve locos a todos...





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